martes

Cosasquepasan.

Local y visitante.
Local ataca. Va con todo.
Presiona.
Y ahí es cuando empieza el partido.

Visitante perdió por goleada, aunque no por falta de entusiasmo ni de ganas.
Algunos tiros al palo, otros al portero, pero nunca fue gol.
Y, lo que es más extraño: local acabó pidiendo la hora.
Le encantaba el partido, siempre que Visitante presionaba, intentaba, Local lo daba todo, pero al final acabó por perder los papeles y enfadarse con el árbitro

Y Visitante, como el Alcoyano.
Pero al final, nada. A 0 en el lado izquierdo del luminoso.
Y se acabó el partido.
Un partido bonito, de principio a fin, aunque no terminase como todos deseaban.
Y, al final, un abrazo, como buenos profesionales, y a descansar.
Aunque la derrota doliese como si fuese una final.

Eso sí, al dia siguiente, comida de clubs y como dos buenos amigos.
Comentando la jugada.

Y hablando de la vida.

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Demasiados sueños quedaron bajo estas sábanas de esparto, que rozan, pican, queman, enrojecen y recuerdan todo lo que hice, todo lo que he dejado de hacer y todo lo que he soñado.