martes

Lo primero es lo primero.

Pero lo primero fuiste tú.

Esta mañana, 9:30 a.m.
Me despierto del sueño más extraño que recuerdo últimamente, ya que, últimamente no recuerdo nada de lo que sueño. Pero sí, estaba con todos mis colegas removiendo el mundo para encontrar las llaves del local de ensayo. Y ninguno toca ni una mísera flauta.

Y me acuerdo de tí, no sé por qué.
Me acuerdo de esa foto, de esa que no debes quitar. Al menos por mí.
Por mí no la quites.
Aunque harás lo que te parezca oportuno.
Es lo suyo.
Y es lo tuyo.

Me acuerdo de ella, de ese color tan característico que tiene la nostalgia.
De ese color tan característico que tiene el deseo.
De cómo lo expresas y de lo que me hizo sentir esta mañana.
No pienses cosas raras.
No de esas.
Espero que respetes mis vacaciones, como no hiciste hoy por la mañana.
Mal empezamos.

Por cierto, sigo pensando que es un tipo poco elegante.

R.F.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Demasiado frío para tan ausente compañía

Demasiados sueños quedaron bajo estas sábanas de esparto, que rozan, pican, queman, enrojecen y recuerdan todo lo que hice, todo lo que he dejado de hacer y todo lo que he soñado.